Problemas de seguridad en Renfe-Madrid: sólo cubren un 20% de los vigilantes que necesitan

  • Fuentes conocedoras de la situación hablan de que la empresa pública sólo está cubriendo un 20% de las plazas necesarias en las instalaciones de Renfe Operadora en Madrid. La empresa pública reconoce "descubiertos" pero no de esa cuantía.
Problemas con la seguridad privada en Renfe Operadora, la empresa pública de transporte ferroviario que opera el material y los servicios de transporte por tren. La compañía pública ha reconocido tener problemas con el número de efectivos de seguridad privada en la Comunidad de Madrid y ha reconocido que está operando con menos efectivos de los necesarios en varias de sus estaciones, con el consiguiente problema de seguridad que puede generarse para los usuarios.

Fuentes conocedoras de la situación aseguran a este periódico que en sus reuniones con las empresas de seguridad privada que operan en Madrid se manejan unos datos que hablan de que apenas se ha cubierto el 20% de las plazas necesarias para ofrecer el servicio y garantizar la seguridad para los usuarios.

No obstante, consultado por este periódico, Renfe ha indicado que "no hemos registrado descubiertos del 20% en nuestros servicios de seguridad en Madrid en ningún momento", algo que niegan en todo momento las fuentes consultadas, que aseguran que son cifras que se manejan en sus reuniones privadas.

No obstante, lo que sí reconocen fuentes oficiales de Renfe es que "eventualmente se han podido registrar (en un 5,5%) durante los meses de este verano debido al aumento del servicios con motivo del dispositivo por las obras del túnel de Recoletos y Méndez Álvaro (Pasillo Verde) en Cercanías Madrid".

Escrito de denuncia

La situación de carestía de personal en seguridad privada es tan grande que incluso el sindicato CC.OO. ha registrado una queja ante la dirección de seguridad de Renfe Operadora, con fecha del pasado 11 de octubre, que obra en manos de este periódico y en la que muestra su preocupación por la falta de profesionales de seguridad privada.

Según indican fuentes de este sindicato, y es una denuncia que viene produciéndose desde hace tiempo, con la mejora del empleo se produce una dificultad para cubrir las plazas en seguridad privada, no sólo en Renfe sino en todas las contratas."Se está produciendo un descenso alarmante de vigilantes de seguridad que quieren prestar estos servicios, lo que se traduce en la imposibilidad por parte de las empresas de seguridad adjudicatarias de dar cobertura a la totalidad de los puestos de seguridad en la red de cercanías de Renfe operadora en la Comunidad de Madrid".

El motivo en este caso es "la penosidad que supone la prestación de ciertos servicios de vigilancia en exteriores, en los que un único vigilante de seguridad se encuentra custodiando unidades en inclemencias meteorológicas adversas o intervenciones con grupos organizados de grafiteros".

La Comunidad de Madrid destina más de 2,5 millones al año a seguridad privada para evitar la okupación de vivienda social vacía

La Comunidad de Madrid destina más de 2,5 millones de euros al año a empresas de seguridad privada para evitar que se okupen las viviendas sociales que se encuentren vacías en ese momento, ya sea porque se están remodelando o porque acaban de ser recuperadas por el Ejecutivo regional. 

Según ha explicado a Europa Press el director del Área Social de la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad, Eusebio González, este presupuesto se trata de una media, ya que, en muchas ocasiones, se tiene que contratar "rondas especiales o incluso a un vigilante que se quede de manera permanente", lo que ha llegado a elevar la cifra hasta los 3,1 millones de euros. 

Así, ha relatado que cuando el Ejecutivo regional recupera la vivienda lo primero que hace es "bunkerizarla", lo que se suele realizar con una puerta antivandálica aunque "no siempre hay suficientes" y se instala en su defecto una chapa de metal. 

En este momento el Ejecutivo regional cuenta con 397 viviendas sociales vacías, de las que la mayoría se encuentran en la capital. Estos dispositivos de protección se retiran cuando es necesario acceder a la vivienda, usualmente para hacer obras de reforma, y ese es el momento más sensible a la okupación. 

Para romper una puerta antivandálica, a las que se destinan una media de 500.000 euros anuales, es necesario utilizar una radial, lo que, según González, hace tanto ruido que los vecinos suelen llamar a la Policía y, en algunos casos, los propios agentes de seguridad privada escuchen el ruido y frustren el intento de okupación. 

En estos casos, cuando se consigue evitar que entren en la casa, uno de los agentes de seguridad espera hasta que el cerrajero sustituye la puerta. Peor cuando entran en la vivienda "la legislación no deja muy claro a partir de qué momento se constituye morada, por lo que algunos policías cuando llegan, ante el riesgo de denuncia por el okupa, prefieren identificarles y no expulsarle". 

En esta línea, ha solicitado que se refuerce la ley para "dejar claro" en qué momento se declara morada. Además, entiende que para luchar contra la okupación es "imprescindible" la coordinación entre administraciones y ha alabado la Mesa de Vivienda y Okupación de la Comunidad de Madrid, un espacio en el que se reunieron el pasado 7 de octubre el Ejecutivo regional y el Ayuntamiento de la capital. González ha destacado también la unidad de la Policía Municipal de Madrid que se destinará exclusivamente a hacer frente a este fenómeno. 

"Esa coordinación es fundamental y va a ser muy importante", ha incidido el director, quien ha sugerido que sería una buena idea emular esta mesa entre administraciones a nivel nacional. "Al fin y al cabo hay que dejar claro que la okupación no puede ser la solución a un problema habitacional y menos una vivienda social, que deja a una familia en situación muy grave sin acceder a la vivienda", ha concluido.

Detenido un grafitero que apuñaló a un vigilante de Metro de Madrid en Cuatro Vientos

La Policía Nacional ha detenido al grafitero que el pasado 3 de septiembre agredió con una navaja a un vigilante de seguridad de Metro de Madrid cuando trataba de retenerle, junto a otros dos jóvenes, tras haber realizado pintadas en los trenes del depósito de Cuatro Vientos.

Los hechos ocurrieron cuando los vigilantes de seguridad de Metro detectaron la presencia de tres grafiteros en el depósito de trenes del recinto de Cuatro Vientos.

Cuando uno de los trabajadores acudió al lugar, logró retener a uno de los jóvenes, el cual le agredió con una navaja en varias ocasiones provocándole varios cortes en el brazo. Posteriormente, y tras haber amenazado de muerte al vigilante, huyó de forma apresurada de la estación junto a sus dos compatriotas.

Después de varias indagaciones, los investigadores comprobaron que los daños en los trenes por los grafitis ascendían a más de 3400 euros.

Los agentes de la Brigada Móvil-Policía en el Transporte, lograron finalmente la identificación y detención de este individuo que pasó a disposición de la autoridad judicial como presunto responsable de los delitos de daños, lesiones y amenazas.


Orden de alejamiento de la estación de Cuatro Vientos para el grafitero que acuchilló a un vigilante

Tiene solo 22 años y un amplio «currículum vítae». Los últimos delitos que se le imputan son daños, lesiones y amenazas por haber hecho grafitis con otros dos sujetos en trenes del metro del depósito de la estación de Cuatro Vientos. Iban provistos de palos y de una navaja que utilizó este sujeto cuando uno de los vigilantes logró retenerle para que dejara de pintar el convoy.

El individuo, de nacionalidad española, le amenazó de muerte y le clavó el arma blanca que portaba en el brazo tres veces. Tras ello, se dio a la fuga con sus compinches. Fue el pasado 3 de septiembre.

La Brigada Móvil de la Policía Nacional logró, posteriormente, identificarle y arrestarle. El juez ha dictado una orden de alejamiento de dicha estación del suburbano. Se le imputa haber causado daños superiores a los 3.400 euros en los trenes, junto a sus compañeros.

Al arrestado no le constan reseñas por hechos similares. Además de los últimos delitos de los que se le considera responsable, tiene antecedentes por malos tratos, robo con violencia y lesiones.

El sector de seguridad privada facturó 4.610 millones de euros en España en 2018, un 6% más

Las compañías de seguridad generaron un volumen de negocio en España de 4.610 millones de euros en 2018, lo que supone un crecimiento del 6%, superior al 5,2% contabilizado el año anterior, según el último Observatorio Sectorial DBK de Informa, compañía filial de Cesce.

El principal motor de crecimiento del sector fue la actividad de instalación, mantenimiento y conexión a CRA de sistemas electrónicos, que alcanzó una facturación de 1.666 millones de euros, representando el 36,1% de la actividad. 

Por el contrario, los servicios de vigilancia, que conforman la principal área de actividad, generaron una facturación total de 2.600 millones de euros y acusan una continua pérdida de participación en el mercado total, concentrando ahora el 56,4% del total. El mercado de transporte de fondos, por su parte, generó en 2018 unos ingresos de 344 millones de euros, representando el 7,5% del negocio total. 

En general, la tenencia progresivamente alcista experimentada por el sector se debe al repunte de la inversión empresarial, la recuperación del mercado inmobiliario y la mejora de la renta disponible de las familias. No obstante, en un contexto de menor fortaleza de la economía española, el informe apunta a que el mercado de seguridad privada va a experimentar una cierta desaceleración en su ritmo de crecimiento, tanto a corto como a medio plazo. 

Así, se estima que el volumen de negocio sectorial cerrará el ejercicio 2019 con una cifra de en torno a 4.815 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,4%, frente al 6% contabilizado en el último ejercicio. 

Mientras tanto, la oferta presenta una "notable y creciente" concentración en el grupo de compañías líderes, puesto que los cinco primeros operadores reunieron en 2018 de forma conjunta el 58% del valor total del mercado.