Septiembre y octubre vienen cargados de huelgas tanto en aeropuertos como en ministerios. ¿Por qué? Las adjudicaciones 'low cost' han agotado la paciencia de los vigilantes de seguridad.
Otoño caliente a la vista. Los vigilantes de seguridad privada subcontratados por las administraciones públicas están trazando el calendario de huelgas de cara a los próximos tres meses, y no solo en los aeropuertos. Los últimos en alzar la voz han sido los más de 500 empleados que custodian las instalaciones del Ministerio de Defensa a través de Marsegur, hartos de cobrar 789 euros brutos al mes y sufrir retrasos en los pagos.
Los sindicatos han convocado una manifestación el próximo 7 de septiembreen los más de 100 centros que María Dolores de Cospedal tiene esparcidos por toda España, así como paros de dos o tres días la última semana de ese mismo mes para protestar por la adjudicación 'low cost'.
No son los únicos. Seguridad Integral Canaria metió el miedo en el cuerpo de sus 3.700 efectivos cuando se supo que está a punto de ceder o vender sus servicios de vigilancia (tanto públicos como privados) a otros. El negocio ha dejado de ser rentable pese a que esta compañía ya intentó 'tirar' los precios con un convenio propio en Las Palmas, con sueldos inferiores a los del convenio estatal. Pero el Tribunal Supremo lo declaró nulo el verano pasado.
Ante la incertidumbre generada y el temor de que los servicios pasen a manos de empresas 'piratas' como Marsegur o Sinergias de Seguridad, los trabajadores han convocado una huelga el día 7 de septiembre en todas las instalaciones del Gobierno de Canarias donde Seguridad Integral Canaria tiene contratos públicos en vigor, como Presidencia o Justicia. La vigilancia del 80%de los servicios públicos de las islas cae en manos de esta compañía.
Huelga en tierra, mar.. y aire
Los estibadores arrancaron una etapa de conflictividad laboral sin precedentes en los puertos españoles. Fomento tardó meses en apagar el fuego (del que aún quedan cenizas) y no tuvo tiempo para tomarse un respiro, pues en julio estalló una nueva bomba en el segundo aeropuerto más importante de España. Los vigilantes de Barcelona-El Prat, subcontratados por Aena a través de Eulen, denunciaron que faltaban manos, sobraba estrés y desaparecían complementos salariales, poniéndose en huelga y generando colas de hasta una hora en los controles.
Tras conocerse el laudo de obligado cumplimiento emitido este jueves por el árbitro, el comité de huelga se plantea desconvocar la huelga del próximo viernes 8 de septiembre, prevista a partir de ese día para los viernes de 10:30 a 11:30 y de 18:30 a 19:30 en El Prat. Así lo señaló el portavoz del comité de huelga de Eulen, Juan Carlos Giménez, en una rueda de prensa este sábado. Giménez avanzó que esa decisión se tomará el próximo viernes en asamblea, aunque supone que la huelga quedará desconvocada porque "queda bastante claro en el laudo" y otras eventuales medidas les pueden "meter en problemas".
En un principio, convocaron los paros parciales para protestar por las supuestas represalias de Eulen, tras despedir al menos a dos empleados. Fuentes cercanas a la compañía aseguran a este diario que la decisión está "plenamente justificada", pues los vigilantes no se presentaron a su puesto de trabajo pese a tener que cumplir los servicios mínimos. No obstante, el veredicto de Marcos Peña en teoría deja a los trabajadores sin motivo para protestar, porque anula todas las medidas disciplinarias hasta la fecha.
Los vigilantes de Ilunion Seguridad, otra de las subcontratas que opera en El Prat, también han convocado una huelga que arrancará el sábado 2 de septiembre como vía para recuperar los pluses que perdieron con la crisis. Los representantes de los trabajadores han optado por esta medida después de que la empresa no se presentase a la reunión del pasado 18 de agosto.
El incendio de El Prat podría propagarse fácilmente a otros aeropuertos como Madrid-Barajas, donde Prosegur se ocupa de la mayoría de la vigilancia y Eulen da cobertura a una parte. Los trabajadores de la primera amenazan con ponerse en huelga a principios de octubre, decisión que deben ratificar el 20 de septiembre en la votación organizada por el sindicato AVA. Los de la segunda llevan amenazando con paros desde julio, pero de momento los han aplazado hasta nuevo aviso.
Los vigilantes de los aeropuertos de Alicante, Valencia, A Coruña, Santiago de Compostela y Tenerife Sur también han dejado la huelga en el aire en espera de que el Gobierno mueva ficha, como explica el responsable de Seguridad Privada de UGT, Diego Giraldez. El ministro de Fomento se comprometió a crear un grupo de trabajo para abordar la problemática de este sector a nivel global y en todos los ámbitos, no solo los aeropuertos. "Los paros quedan suspendidos temporalmente, pero se reactivarán si el gesto de Íñigo de la Serna es un mero brindis al sol". Los empleados subcontratados por Renfe tampoco descartan sumarse a la huelga en otoño si la situación no mejora, confirma Giraldez.
Cada caso es un mundo, pero el problema de fondo es el mismo: una política de adjudicaciones públicas que dan prioridad al factor precio por encima de todo. "Es necesario que el Gobierno tome cartas en el asunto para garantizar la calidad del servicio y unificar los criterios de contratación", sostiene Giraldez. Estas negociaciones -que todavía no han arrancado- tendrán lugar mientras patronal y sindicatos perfilan los detalles del nuevo convenio estatal de seguridad privada, que llega con más de seis meses de retraso.
Aena, un caso aparte
La patata caliente de Aena amenazaba con estallar también en septiembre, aunque su naturaleza es muy distinta. Los 7.200 trabajadores del gestor aeroportuario exigen volver a la etapa precrisis, ahora que los beneficios se han disparado un 40% (en 2016 respecto al año anterior) y se han alcanzado cifras récord en tráfico de pasajeros (244,8 millones en 2016).
No obstante, las aguas se han calmado (de momento) con la suspensión temporal de la huelga. Los sindicatos han dado así un voto de confianza al Gobierno tras verlo dispuesto a solventar el conflicto sin que la sangre llegue al río. Los paros de 25 días estaban previstos entre el 15 de septiembre y el 30 de diciembre, puentes incluidos.
Aena está participada en un 49% por capital privado y cuenta con técnicos en pista de aterrizaje, operarios de mantenimiento, bomberos, informáticos o administrativos, entre otras muchas funciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario