CCOO considera inaceptable la propuesta del presidente de la patronal de equiparar los contratos indefinidos a los temporales, y rechaza que Rosell tache de "privilegios" los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
La CEOE se ha echado al monte. Así parece deducirse de las declaraciones del presidente de la CEOE, Juan Rosell, en las que ha abogado por retirar a los contratos indefinidos "algunos de sus privilegios" e incrementar los de los temporales, en lo que supone una apuesta decidida por la precarización: equiparar los contratos indefinidos a los temporales, con la consiguiente devaluación salarial y de las condiciones laborales, así como abaratar el coste del despido.
El objetivo de su propuesta, o puede que ocurrencia fruto de los calores de agosto, según explica Rosell, es dar lugar a un mercado laboral sin diferencias entre indefinidos y temporales, lo que traducido significa apostar simple y llanamente por reducir derechos y precarizar al máximo las condiciones laborales de manera que finalmente los únicos contratos existentes sean los temporales a la “carta”. Esta es la única lectura posible de sus palabras cuando afirma que sería “fantástico” que los empresarios pudieran contratar por días, horas, meses o años...
A juicio de CCOO, esta apuesta por la precarización, y en ese sentido, por endurecer la reforma laboral del Gobierno, y asimismo por reforzar el poder empresarial está en la misma línea de otras propuestas de la CEOE, como la de que el empresario pueda unilateralmente convertir un contrato de tiempo completo en uno a tiempo parcial, que igualmente ha rechazado CCOO.
En este sentido, no pasa inadvertido que el presidente de la patronal confunda derechos de los trabajadores y trabajadoras con “privilegios”, como si fueran favores que se dan y se quitan a voluntad del empresario, que tendría capacidad ilimitada para contratar e imponer condiciones de trabajo a su antojo en función de sus intereses.
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