La Audiencia de Sevilla ha fijado para los días 20 y 21 de noviembre el juicio contra dos hombres, de nacionalidad rumana, que se enfrentan a 28 años de cárcel por asesinar al vigilante de una planta fotovoltaica de la localidad sevillana de Marchena para robar cables de cobre.
El escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, dice que los acusados intentaron un primer robo a las 19.15 horas del día 24 de noviembre de 2009, pero la intervención del vigilante José Antonio Jiménez Ceferino, de 32 años, impidió la consumación del delito.
Unas horas después, hacia las 03.00 horas de la madrugada del 25 de noviembre, volvieron a entrar en la planta fotovoltaica, situada en el Polígono 29 de Marchena, y en esa ocasión sorprendieron al vigilante sentado en el interior de su vehículo.
El asesinato, según el fiscal, fue perpetrado por los rumanos Adi D., de 24 años, y Marius L.C., de 25 años, que permanecen encarcelados en España tras ser extraditados por Rumanía, y sus compatriotas Valentin H. y Viorel D., que están fugados de la justicia.
Afirma el fiscal que los acusados maniataron al vigilante usando sus propios grilletes y le propinaron una paliza con ánimo de acabar con su vida, además de clavarle un objeto punzante en el ojo para "aumentar de forma innecesaria e inhumana el dolor de José Antonio".
Luego se apoderaron de cobre valorado en 21.448 euros, de los dos móviles que portaba el vigilante, uno de su propiedad y otro de su empresa, y del coche propiedad de la víctima, que utilizaron para huir y luego quemaron en el paraje conocido como Finca los Arroboneros de Carmona (Sevilla).
El fiscal imputa a los acusados un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, por el que solicita 21 años y medio de cárcel a cada uno, otro de robo con violencia, por el que pide tres años y medio, y un último delito de daños mediante incendio, con una pena de tres años de cárcel.
La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla celebrará los días 20 y 21 de noviembre el juicio contra los dos acusados detenidos, a quienes la Fiscalía reclama además el pago de una indemnización de 96.101 euros a los padres del fallecido, incrementado en un 10 por ciento al tratarse de un delito doloso, y de otros 10.200 euros por la destrucción de su coche.
El vigilante sufrió numerosos traumatismos en la cara, labios, fractura de la base del cráneo, fractura de cúbito y radio, y heridas en la rodilla por las que falleció el 19 de enero de 2010.
Los acusados, según el fiscal, le abandonaron maniatado y agonizando mientras cortaban los cables de la planta fotovoltaica y se apoderaban de todo el cobre que había en su interior.
La víctima fue encontrada por un compañero de trabajo a las 04.30 horas y fue trasladado al hospital Virgen del Rocío, donde falleció casi dos meses después al no poder superar las lesiones sufridas.
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