Un juzgado penal de Palma condenó ayer a seis meses de prisión y dos multas a un vigilante de seguridad de la ciudad por disparar al aire con una pistola y retener en un coche a un hombre que horas antes supuestamente había atracado a su mujer en un bar que ella regenta en s´Arenal. El acusado no actuó solo. Le acompañaban otros tres jóvenes, entre ellos su hijo y otro muchacho que ha sido condenado recientemente a diez años de cárcel por la Audiencia de Palma por encargar el asesinato de su expareja y del actual novio de esta. Los cuatro sospechosos salieron en busca del presunto asaltante del bar y, cuando lo localizaron, le dieron una paliza en las inmediaciones del Coll d´en Rabassa. El vigilante, armado con una pistola y equipado con unos grilletes, pegó un tiro al aire para amedrentarle y evitar que huyera. Acto seguido, tras alcanzarle, lo esposó y lo retuvo en su vehículo a la fuerza.
Ayer al mediodía, los cuatro imputados confesaron los hechos y aceptaron las penas que solicitó la fiscal. El principal encausado se conformó con medio año de prisión y dos multas por los delitos de amenazas, lesiones y detención ilegal. Sus tres colaboradores fueron sentenciados a sendas multas de nueve meses a razón de seis euros diarios por las lesiones con la circunstancia agravante de abuso de superioridad. La fiscalía rebajó su petición de condena al apreciar la atenuante de reparación del daño, ya que los sospechosos, antes del inicio del juicio, pagaron unos 1.500 euros en concepto de indemnización a la víctima. Al final, ante el acuerdo alcanzado, la magistrada dictó sentencia ´in voce´ contra todos.
Los hechos se remontan al pasado 30 de octubre de 2011 cuando el vigilante de seguridad acusado cogió una pistola marca Norinco of the 1911 A1, de la que disponía de la correspondiente licencia de armas, y unos grilletes. El hombre se puso de acuerdo con los otros tres imputados para ir a buscar a un joven, que presuntamente había perpetrado horas antes, ese mismo día, un robo con violencia en el bar que regentaba la mujer del vigilante. Así, poco después, encontraron al supuesto asaltante en un salón de juegos ubicado en la calle Cardenal Rossell, en el Coll d´en Rabassa. Una vez consiguieron que el joven saliera del establecimiento, los cuatro sospechosos comenzaron a golpearle y le causaron heridas sangrantes en el rostro como una posible fractura del tabique nasal. Como consecuencia de las lesiones sufridas, el afectado precisó asistencia médica y puntos de sutura.
Mientras recibía la paliza, el varón trató de huir del lugar, pero el vigilante encausado efectuó un disparo al aire a la vez que le decía que o se paraba o le pegaría un tiro, según la tesis de la fiscalía.
El principal acusado luego alcanzó al perjudicado, le puso los grilletes y lo llevó hasta su vehículo a la fuerza donde lo retuvo con la intención de llevarlo a la Policía por el robo que había cometido con anterioridad. Sin embargo, varias patrullas policiales aparecieron entonces, tras ser alertadas por los vecinos que oyeron un disparo en plena calle, y se hicieron cargo del caso. Los agentes detuvieron a todos, a los cinco hombres, y hallaron en el maletero del automóvil la pistola utilizada. La Policía luego intervino otras armas al guardia que tenía de forma legal. Su mujer había sufrido por la mañana un asalto en su bar cuando un joven no quiso pagar varias consumiciones. Luego, el sospechoso regresó al local, atacó a la dueña y arrojó al suelo la caja registradora para apoderarse de unos cien euros y huir en coche.
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