El asesino confeso de la calle Feria, detenido el pasado miércoles en el transcurso de una pelea que destapó el crimen cometido cuatro días antes, ha pasado en la mañana de este sábado a disposición judicial, según confirmaron ayer fuentes de la Policía Nacional. El detenido es J.M.F.R., de 38 años y natural de Aznalcázar, y su profesión era la de vigilante de seguridad, según ha podido saber este periódico.
Todavía quedan por esclarecerse muchos detalles del suceso. Según la confesión que realizó el detenido justo en el momento de ser introducido en el patrullero que lo iba a trasladar a la Jefatura, mató y metió en un armario del piso de la calle Feria número 10, donde residía la víctima, a un boliviano de 44 años. Aún se desconoce la relación que había entre ambos y el móvil del crimen.
El detenido carece de antecedentes. Su arresto se produjo tras citarse en el domicilio del fallecido con otro joven sevillano, con quien contactó para venderle un teléfono móvil. Cuando el comprador entró en la vivienda fue recibido con un botellazo en la cabeza. El agredido alertó a un primo suyo que acudió a la calle Feria en su auxilio. Los gritos alertaron a los vecinos, que avisaron a la Policía Nacional. Una rápida y eficaz actuación policial permitió localizar y detener al agresor en la calle, a quien se le requisaron los 400 euros sustraídos a la víctima. Tras el arresto confesó de manera espontánea el crimen y otro robo cometido.
Previsiblemente, el juez dictará hoy prisión preventiva sin fianza para el asesino confeso.
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