Los Mossos d'Esquadra han imputado a cinco falsos vigilantes de seguridad privada que realizaban tareas de control en los accesos de cinco clubes nocturnos de la capital catalana.
Entre los imputados se encuentra la persona que presuntamente se encargaba de gestionar la documentación manipulada para hacer los contratos de trabajo a nombre de una empresa que constaba en el registro mercantil, pero que había cerrado hacía meses, según ha informado hoy la policía catalana.
A raíz de una inspección en un prostíbulo, los Mossos constataron que en diversos locales de la ciudad trabajaban supuestos vigilantes de seguridad que no tenían la titulación necesaria para ejercer esta labor, pese a que iban uniformados con el nombre de una empresa, legalmente constituida, a la que no pertenecían.
Todos ellos, además, llevaban distintivos de seguridad auténticos, defensa y esposas.
Cuatro de estos locales correspondían a dos empresas con un único propietario y el quinto local era de otra persona.
A los falsos vigilantes de seguridad se les imputa los delitos de intrusismo profesional y falsificación documental.
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