La investigación revela que los atracadores se repartieron el dinero tras el golpe y se separaron. El fugado, de origen francés, podría haber abandonado ya el país.
Tenían todo planeado. Tras el atraco se repartirían el dinero y cada uno tomaría su propio camino para borrar huellas y dificultar su seguimiento. Y así fue. Tras el asalto al furgón blindado de Prosegur en Torrelavega el pasado lunes, los dos malhechores dividieron el botín, unos 60.000 euros según fuentes próximas a la investigación, y se separaron, aunque con distinta suerte. Cuatro días después uno de ellos, que responde al nombre de Lorenzo, resultó gravemente herido en un tiroteo con la Policía, que le intervino varias bolsas con parte del saqueo. Su compinche sin embargo consiguió eludir el cordón policial y cada vez cobra más fuerza que haya podido huir ya a Francia, su país de origen y de residencia, según ha podido saber este periódico.
Precisamente el país galo es el nexo de unión entre ambos delincuentes. El fugado, perfectamente identificado por los investigadores, es un individuo francés con un amplio historial delictivo en el país vecino por atracos, aunque carece de ficha policial en España. El atracador detenido nació también en Francia, donde conoció a su compañero de correrías, pero vivía en Cantabria con su esposa e hija, en una cabaña ubicada en la zona de El Carabío, próxima al cementerio de La Penilla, pero de difícil acceso. Lorenzo es un viejo conocido de la Policía cántabra, aunque por «asuntos de poca monta», subrayan fuentes próximas a la investigación, que apuntan al atracador huido como el ideólogo del golpe al camión blindado de Prosegur.
Sin rastro
El rastro del francés se esfumó tras el asalto. Se diría que se lo ha tragado la tierra. Aunque una docena de agentes de la Policía Nacional se dedican «en exclusiva» a la búsqueda del evadido y peinan la región a la búsqueda de algún indicio que conduzca a su detención, los invesgadores reconocen la dificultad del arresto. Creen que el delincuente galo pudo cruzar la frontera el mismo día o al siguiente del robo a punta de escopeta.
No obstante, los investigadores todavía no han podido interrogar al herido, testimonio que no recabarán hasta que los médicos que atienden al paciente den su consentimiento. Mientras eso ocurre, permanece bajo intensa vigilancia policial. Su declaración podría ser clave para llegar hasta el escurridizo francés. Aunque en un principio se pensó que al aparcamiento acudieron los dos asaltantes, lo cierto es que Lorenzo fue solo. Su compinche ni siquiera fue visto por los alrededores. Se cree que para entonces había puesto ya tierra de por medio.La Policía manejó desde el principio la pista de un vehículo Audi A-3, de color negro y matrícula francesa, en el que los delincuentes huyeron tras el atraco. Es uno de los rastros que permitieron a los investigadores llegar hasta Lorenzo el pasado viernes. El sospechoso estacionaba el turismo en el aparcamiento de la urbanización ‘El Castro’, situada cerca de la cabaña donde vivía con su familia y a la que accedía a pie por un angosto camino, y allí le esperaron esa madrugada para proceder a su arresto. Agentes de uniforme y de paisano se apostaron en distintos puntos del recinto, esperaron a que Lorenzo subiera al Audi y, cuando fue a arrancarlo, le dieron el alto. Pero el asaltante hizo caso omiso a la orden y pisó el acelerador, una maniobra en la que intentó arrollar a uno de los policías, que disparó. El conductor recibió dos impactos de bala y fue trasladado al Hospital Valdecilla, donde evoluciona favorablemente a pesar de la gravedad de las lesiones.
El atraco, cosa de dos
Dado el mutismo que rodea las pesquisas policiales, en un principio se barajó la posibilidad de que terceras personas hubieran participado en el atraco como colaboradores necesarios. Pero fuentes policiales han descartado esta tesis. La Policía está segura de que el golpe fue cosa de dos: de Lorenzo, el atracador malherido, y de su cómplice, el francés fugado. Los agentes han tomado declaración a tres personas, una de las cuales podría ser la esposa del detenido aunque este extremo no ha podido ser confirmado, pero han quedado en libertad.
El atraco se produjo a primera hora del lunes. Los asaltantes esperaron al camión blindado a las diez de la mañana en la calle sin salida de la zona de Los Ochos, donde los vigilantes aparcaron para recoger la recaudación de Mercadona. Cuando salían del centro comercial y se dirigían al vehículo fueron encañonados por los ladrones, vestidos de negro y con la cara cubierta. Tras intimidarles, se apoderaron de sus revólveres, cogieron seis sacas llenas de dinero y huyeron a pie para posteriormente huir en otro vehículo, el Audi de matrícula francesa. Fuentes de la investigación han cifrado en unos 60.000 euros la cuantía del botín, un dinero que procedía de la recaudación de los establecimientos de la ruta de recogida realizada por el furgón blindado ese día.
El atraco al blindado abrió una semana negra en lo que a seguridad ciudadana se refiere, porque a este asalto se sumó, dos días después, el robo con secuestro perpetrado en una sucursal de Caja Cantabria de Laredo el miércoles. Un hombre armado secuestró en su domicilio de Cicero al director y único empleado de la oficina y lo utilizó como escudo para sustraer unos 35.000 euros de la sucursal pejina.
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