El Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo acogió ayer los actos del primer "Día de la seguridad privada" que se celebra en Asturias, con cierto retraso, dado que debería haberse festejado el 21 de mayo. El delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, presidió un acto en el que reclamó el apoyo de la seguridad privada para mantener y reducir la tasa de criminalidad, un reto difícil puesto que la región presenta el menor número de delitos del país (27 por cada mil habitantes), después de Extremadura (26). Los vigilantes aprovecharon para pedir que se acabe con el intrusismo. Según José Manuel Fernández Álvarez, representante de los sindicatos de seguridad, esta práctica "devalúa el producto y precariza el servicio". De Lorenzo indicó que el anteproyecto de Seguridad Privada dará batalla al problema del intrusismo.
El Delegado llamó la atención sobre la importancia económica del sector, que sólo en Asturias está formado por 65 empresas que dan trabajo a 4.000 trabajadores. Salvador Junquera, gerente de Securitas en Asturias, ofreció datos de lo que supone la seguridad privada en España. "Hemos detenido a 8.155 personas, realizado 12.456 auxilios y facilitado 39.987 informaciones sobre estafas, robos, blanqueo de capitales... El sector factura en España 3.200 millones de euros al año", indicó. Junquera resaltó que el sector vigila del 80 por ciento de las infraestructuras críticas del país, y últimamente ha ampliado su radio a acción a campos hasta hace poco impensables, como la seguridad de recintos militares, la protección de personalidades públicas, la custodia de pesqueros en el Índico o la vigilancia periférica de las prisiones. Junquera indicó no obstante que la crisis ha reducido los márgenes.
Aunque el anteproyecto de ley da mayor seguridad jurídica al sector, los vigilantes advierten de que en Asturias están en "puestos aislados y de alto nivel delictivo, y es difícil enfrentarse a estas situaciones con tan sólo una defensa", remarcó José Manuel Fernández.
Ayer se entregaron las menciones de la Policía y la Guardia Civil a los vigilantes distinguidos. La de mayor rango se entregó a Mercedes Lada Ordóñez, vigilante en el Banco Sabadell Herrero en Oviedo, que el pasado 7 de junio hizo posible la detención de un ladrón que se disponía a desvalijar las cajas de alquiler. Formaba parte de una banda internacional, y la acción de la vigilante llevó a su desarticulación. Lada fue la primera mujer vigilante en Asturias. "Entré en el sector hace 24 años. Me gustaba el tema de las artes marciales, vi una plaza y me presenté", señaló. Eduard Zamora, director de Seguridad del Grupo Banco Sabadell, elogió la perspicacia y profesionalidad de esta vigilante.
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