Carlos G.S., un vigilante de Seguriber que fue contratado como refuerzo la noche de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, ha declarado ante el juez Eduardo López Palop que "ni vio, ni escuchó ni percibió nada" fuera de lo normal, una afirmación que ha provocado que el propio magistrado le recrimine por su pérdida de memoria, han informado fuentes jurídicas.
Este vigilante custodió la noche de la tragedia una de las puertas situadas en la cota 5 del pabellón, en la primera planta. Según su testimonio, su puesto era estático y se limitó a estar ahí toda la noche.
Tras concluir la declaración, la abogado Mª José Siñeriz, que representa a la familia de Cristina Arce, ha criticado que el testigo no recuerde ni siquiera quién era su jefe aquella noche. "No sabe quién era su jefe ni el jefe de equipo. Dice que había unos vestidos de negro, pero no sabe si eran de la organización porque no iban identificados", ha señalado.
El testigo ha relatado que escuchó a través del radiotransmisor la orden para que se abriera el portón en el que había otro vigilante, pero ha señalado que no sabía quién lo ordenó. "No vio nada, no oyó nada y no percibió nada. Su pasividad mental le ha llegado a preocupar al juez", ha destacado y ha subrayado que padece que los empleados de Seguriber sufren la "enfermedad de la desmemoria", ya que nadie se acuerda de lo sucedido aquella noche.
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