El chico, que también le rompió dos dientes a un paciente, alegó que iba al despacho de su madre a por una receta.
Un centro de salud de la ciudad, esta vez el de La Lila, ha sido escenario de un nuevo episodio violento. La Policía Nacional ha detenido a un joven que intentó entrar por la fuerza en el ambulatorio con la excusa de visitar el despacho de su madre, dijo, para expedir unas recetas. El vigilante intentó frenarlo, pero resultó agredido y en su escapada terminó soltando un puñetazo a un paciente, que terminó con dos dientes rotos. Hace unas semanas una mujer protagonizó un incidente similar en el centro de salud de Otero, al amenazar con un arma blanca a una facultativa para que le expidiese una receta.
Según indicó ayer la Jefatura Superior de Policía, en la sala del 091 de Oviedo se recibió una llamada del vigilante de seguridad del centro de salud de La Lila, alertando de que había una persona en actitud muy agresiva, por lo que solicitaba ayuda. El vigilante había interceptado a un individuo que quería subir a las plantas superiores, pues según manifestó, quería entrar en el despacho de su madre y quería extender él mismo unas recetas que necesitaba.
Al impedírselo, y después de forcejear con el vigilante, se encaró con una persona que se encontraba en el vestíbulo. Le dio un puñetazo con tal violencia que le rompió dos dientes, produciéndole una herida que sangraba abundantemente, y de la que, una vez atendido por un médico del ambulatorio en primera instancia, fue derivado al Hospital Central para que lo siguieran atendiendo.
Ese mismo día por la tarde, los policías ya habían tenido dos intervenciones con esta persona y su familia. En la primera fue el propio agresor quien llamó a la Policía informando de que su madre no le dejaba salir de casa, que lo tenía secuestrado, y que además le había pegado y producido heridas. La madre exigió a los agentes que abandonasen la vivienda, pero al rato, fue ella la que llamó al 091. En esta llamada indicó que hijo se quería suicidar y que se había cortado las venas. La Policía acudió al piso, pero las heridas eran superficiales.
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