Dos años de cárcel y una indemnización de 1.348 euros por una brutal paliza. Eso es lo que le cayó a D.J.E, un joven de 23 años condenado por un delito de lesiones utilizando métodos o formas concretamente peligrosas. Este es el castigo por los hechos acaecidos en abril del 2011. El condenado caminaba acompañado de otros tres jóvenes por la calle Tierra en dirección a la plaza de Armas, cuando decidieron increpar e insultar a una pareja que, viendo la que se avecinaba, aceleró el paso.
Pero lejos de dejarles tranquilos les siguieron, y uno de los individuos les lanzó un casco de cristal que afortunadamente no les alcanzó. El joven de la pareja les recriminó tal acción, la excusa perfecta para abalanzarse sobre él y comenzar a golpearle con patadas y puñetazos hasta derribarle.
Estando ya en el suelo y tras haber perdido el conocimiento, los tres continuaron propinándole golpes mientras su novia intentaba apartarles. Pero por las inmediaciones se encontraba un vigilante de seguridad, que acudió al lugar tras oír voces y retuvo al agresor y a uno de sus acompañantes menor de edad.
Tras esposarle dada su extrema violencia, puso los hechos en conocimiento del Cuerpo Nacional de Policía. Además de una fractura y diversas heridas, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico y le quedó como secuela una ligera desviación del tabique nasal.
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